En 2014, el viento de cola que acompañó el crecimiento sostenido del  consumo en Argentina durante más de 10 años cambió de dirección . El poder de compra se redujo, dando como resultado una caída del  consumo del -2,3% en comparación con 2013.

En este escenario los consumidores argentinos emplean distintas estrategias para optimizar sus gastos: buscan alternativas de precio, surtido, canales de compra y promociones, pero sin resignar su marcas o productos favoritos.

Ante este panorama el principal desafío para fabricantes y retailers consiste en saber interpretar las nuevas necesidades del consumidor e identificar oportunidades para lograr hacer sus negocios más rentables en un contexto de por sí  complejo.

Afortunadamente,  no existe una única receta para ganar. Las alternativas son múltiples y  contemplan un abanico de posibilidades: desde estrategias de surtido, segmentación, precios y promociones hasta iniciativas de innovación que, conforme a cada caso, contribuirán a sostener la rentabilidad.
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